Nos quejamos (yo la primera) del postureo general de nuestros adolescentes de hoy día y no nos damos cuentas de que eso se lo hemos inculcado nosotros desde el principio, desde que son pequeños y les decimos, como me dijo a mi padre : Marichu, cuando salgas del cole tienes que hacer un deporte y tocar algo, los cojones no vale porque eso ya lo haces muy bien en casa, elige un instrumento musical.
Yo esta noche os vengo a contar cómo empezó mi vida artística/musical y todo lo que se refiere a actividades extra escolares, por que antes existía el cole por la tarde si, salías a las 13:20 hambrienta perdida con la presión de que a las 15:20 tenías que estar otra vez allí, en esas dos horas diréis : pues tampoco es pa tanto, te da tiempo perfectamente de comer y de todo. Y si, a mi me daba tiempo de todo, hasta de peinarme (siendo yo una que de eso pues no) menos los días que había LENTEJAS o GARBANZOS o cualquier plato que contuviese lo que yo llamo cositas verdes. Yo desde aquí me gustaría lanzar la iniciativa de crear la Asociación de Víctimas del "te he triturado las verduras para que no las veas y te las puedas comer". Seamos sinceros ... todos hemos discriminado de forma mas que evidente las cositas verdes de los platos de comida, algunos los íbamos dejando por el borde del plato y a otros, como es mi caso, nos ponían un platito a parte para que echáramos lo que no nos gustaba, que ya se lo comía mamá o papá ... ¿véis esto?, pues lo mismo hacia yo con los garbanzos en ese platito.
Estaba hecha una artista la verdad, pero mi madre lejos de apreciarlo, devolvía los garbanzos a mi plato bajo la amenaza por todos conocida del : O TE LO COMES O TE LO PONGO ESTA NOCHE PARA CENAR. Mamá, solo quiero decirte que aún sigo viviendo en casa, aún sigo haciendo estas montañitas con las cosas que no quiero, tendrías que ver como me salen con las lentejas, y NUNCA me los has puesto para cenar. Cosa que agradezco. La otra amenaza del : QUE TE LO ECHO POR ENCIMA EH? era menos recurrida porque suponía que su hija, esa que durante una época tuvo un parche en el ojo izquierdo mientras que el derecho estaba más nervioso que yo en el M&Ms World, iría oliendo a caldo de garbanzo a clase y otra cosa no, pero mi madre siempre ha cuidado que mi imagen pública fuera lo más óptima posible, otra cosa es lo que yo he hecho con ella a partir de los 13-14 años que ya tienes edad de peinarte solita pero no. Yo no. Peinarme pa qué. Total, que volvía al cole oliendo perfectamente a colonia Nenuco (sigo llendo a la Universidad oliendo así PORQUE PUEDO) o en su defecto oliendo a la COLONIA DE LOS PIPIS, si, la ANTIPIOJOS, puedo decir orgullosa que no he tenido piojos en mi vida por que mi madre me echaba champú antipiojos y colonia antipiojos en plan "porsiaca" "no vaya a ser qué" "mejor que sobre que no falte" antes de salir de casa, no me echaba antipiojos en polvo en el ColaCao por que le daría apuro, por aquello del envenenamiento.
Total que yo llegaba al colegio y los días que no había Conocimiento del Medio, que merece entrada a parte, tocaba Dibujo, "Expresión Anti-Artística" para mí. Yo soy de esas que pintaba (y pinto) con la lengua por fuera en señal de "me estoy esmerando, que bien me va a quedar, se va a cagar la perra", por que yo hacía lineas rectas relativas, pintar con una regla es muy fácil amigos, pero acordarte de traerte de casa todo el kit de regla, escuadra y cartabón era algo que a mi pues no, no se me venía a la cabeza. De este hecho se deriva que colorear sin salirme de la raya fuera algo inviable para mi, cuando me enfrentaba a estas situaciones el pequeño Ralph Wiggum que todos llevamos dentro exclamaba: Mari, eso no posible es. Y así era, yo me ponía en la cola para que la señorita corriegiese las laminas, todos salían de ella orgullosos en plan :
- A mi me ha puesto un MB de Muy Bien
- Ah! a mi un MB+ de Muy Bien Más (querido colectivo docente que puta mierda nota es esa)
- Pues a mi un MB+++ pero ya he guardado la lámina en la mochila (grandes compañeros, mejores repelentes)
Entonces venía yo, algo menos orgullosa y exclamaba:
- Pues a mi me ha puesto una R.
- ¿De regular? - preguntaban mis compañeros, ingenuos e inocentes.
- No, de REPETIR. -con cara lástima de querer y no poder Jordi Cruz ayúdame.
Y esa fue mi primera actividad extra escolar, que incluía deporte ... por que era muy fácil grabarse los capitulos y hacerlo luego tranquilamente, pausando y reanudando el vídeo ... yo prefería verlos en directo, y a medida que Jordi iba diciendo qué cosas íbamos a necesitar para la manualidad yo corría cual desquiciada por mi casa. El resultado era un mejunje Art Attack demasiado espeso, impotencia por no saber hacer nada de lo que hacía el y ... COMO COÑO HACÍA LAS COSAS EL CABEZÓN SI NO TENIA MANOS NI EXPRESIÓN FACIAL A VECES, VAMOS A VER. A medida que iba ascendiendo de curso la cosa se complicaba, si me resultaba difícil lo anterior imaginad cómo era mi relación con el compás para ejercicios como HAZ UN DODECAEDRO CON 7 CIRCUNFERENCIAS. Yo siempre era muy escéptica y no creía que se pudiesen hacer poliedros de esos a base de circulitos, pero siempre estaba la/el lista/listo de clase que lo sacaba enseguida y se ponía en la cola en busca de su MB++++. Yo, fiel a mi Suficiente (de suficiente lástima que daba verme en la cola tantas veces) , lo mantuve hasta que dejé de cursar dicha asignatura en el colegio
Pero ya era hora de elegir otra actividad extra escolar mas seria, de mas reconocimiento ... y me fui a tocar la guitarra con una monja de mi colegio, me convertí en cantautora católica, apostólica y romana por que SI, tocábamos y cantábamos a la vez. En mi extenso repertorio había cosas como "somos ciudadanos de un mundooooo que necesita el vuelo de una palooooma ..." , "alabaré alabaré alabaré alabaré ALAAABARE A MI SEÑOOOOR" y el reconocidísimo hit que volvía locos a todos los niños de Pre-Primera Comunión .. "LA MISA ES UNA FIESTA MUY ALEGRE, LA MISA ES UNA FIESTA CON JESÚS". Tenía 10 años, había alcanzado el mismísimo cielo musicalmente hablando, no me lo neguéis, emocionaba al mismísimo Niño Jesús con mi dulce voz, por que yo antes tenía una voz tan dulce tan dulce que los diabéticos se tapaban los oídos por si acaso. En fin, dejé la guitarra aparcada en la esquina de mi despacho donde aún espera, silenciosa, que vuelva a alabar al Señor o a lavarla a ella con un trapito, porque del polvo que debe de tener tiene que haber hasta seres ahí.
(Os habéis dao cuenta de que la parte 2 de la otra entrada no la he publicado aún, se hace de rogar, como la hora de comer. No en serio, un domingo de estos, lo juro por mi ColaCao de todas las noches)
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